lunes, 19 de noviembre de 2012

Orígenes históricos de Trabajo Social de acuerdo al Proyecto Ético Político

Orígenes históricos de Trabajo Social de acuerdo al Proyecto Ético Político

El Trabajo Social, puede ser dimensionado genéticamente como sub-producto del capitalismo, modo de producción que rige la mayor parte del planeta, por lo que su condición histórica está articulada a sus transformaciones, cuando este abandona especialmente sus rasgos de competitividad y se configura hacia el monopolio. Con respecto a lo anterior y en forma puntual, se valida que:
  • El trabajo social es resultado de las transformaciones del capitalismo, cuando este alcanzó su estadio monopolista.
  • Las tareas asignadas al Estado en este escenario histórico, lo lleva a demandar cuadros profesionales operativos para la “neutralización” y control de la “cuestión social”.
  • Por medio de políticas sociales, el Estado opera en función de los intereses del capital, de los capitalistas. Este tipo de maniobras promulgadas desde los poderes estatales, busca la manipulación de las demandas de los diversos estratos sociales, en especial de la clase trabajadora. Este tipo de ingeniería social, requiere ejecutar procesos por etapas, partiendo del diseño planificado de las políticas sociales, de su implementación y de su control permanente. Para lograr esto se demanda recurso humano especializado, y este es el rol que se le asigna a la disciplina de Trabajo Social, haciendo un énfasis en su dimensión de tecnología subjetual, que se convierta en sus profesionales en in tipo de ingenieros sociales, que diseñen y ejecuten la planificación de las políticas sociales requeridas por un Estado que se sustenta en una economía capitalista monopólica.
  • Entre los cuadros profesionales demandados en relación con las políticas sociales y con la “cuestión social”, se reconoce al Trabajo Social, profesión que históricamente había sido configurada por ciertas prefiguraciones, las cuales son capturadas por el Estado, u organizaciones privadas de formación, donde se tecnifica, normatiza, sanciona y encomienda a ciertas labores esencialmente interventivas.
  • Los profesionales de esta área se encuentran al igual que otras personas trabajadoras -especialmente mujeres- dentro de las dinámicas de la tensión: capital - trabajo, manifiestas en las condiciones de explotación y asalariamiento. Entonces, este tipo de recurso humano, como tecnólogos subjetuales, participan en la reproducción del capital, en especial como práctica mediatizadora para extraer de plusvalía, moralización, control y “refuncionalización”.
En Iamamoto (1992) se establece el estudio de la profesión del Trabajo Social inserta en la división sociotécnica del trabajo; por lo que la profesión de Trabajo Social se caracteriza por:
  1. Ser reconocida en la división social del trabajo, y tiene como referente el desarrollo capitalista industrial y la expansión urbana.
  2. Sus protoformas fueron centralizadas, racionalizadas (influye aquí desde luego la racionalidad lógico formal abstracta) y, por ende, tecnificadas, incluida posteriormente como carrera de nivel superior.
  3. Su aparición responde a las modificaciones en la “cuestión social”, y de las demandas de la clase trabajadora (y poblaciones desempleadas), que presentan diversas configuraciones.
  4. El profesional en Trabajo Social es una persona con formación intelectual, pero que ha adolecido de producción de conocimiento científico.
  5. Específicamente se ha caracterizado por ser una profesión volcada a la intervención - especialmente hacia la “cuestión social” - que se apoya en el conocimiento construido por otras áreas de las llamadas "ciencias subjetuales" e "histórico - subjetuales", especialmente, para fundamentar su "aplicabilidad".
Otra perspectiva sobre el mismo fenómeno, es presentado por Montaño (1998), para quien es posible reconocer insumos para la discusión especialmente acerca de la naturaleza de la profesión, que es entendida en relación con la legitimación del orden y el aumento de la acumulación capitalista y tiene, según él, una naturaleza y una funcionalidad política y económica y no altruista como en sus protoformas. Para Montaño (1998), se puede estimar que:
  1. Para profundizar en la génesis-reproducción del Trabajo Social, hay que tener un referente de totalidad.
  2. El Estado genéticamente es el primer y potencial empleador de trabajadores sociales y, por lo tanto su principal legitimador.
  3. Hay una articulación genética entre la profesión del Trabajo Social y las políticas sociales, que en sus inicios se constituyó en operador terminal.
  4. Es frecuente que sus agentes fueran en su mayoría mujeres, provenientes de clase alta y media alta, reclutadas muchas veces por instituciones de caridad y filantropía, y posiblemente tuvieron relación con la Iglesia.
  5. Las particularidades de los agentes en sus protoformas, se han incorporado en la aprehensión de su ámbito profesional en función de estos, o sea, se ha llegado a considerar que la profesión es lo que son sus profesionales.
Por su parte, Martinelli (1997)se manifiesta acerca de la génesis-reproducción del Trabajo Social, para su conceptualización histórica, se puede contribuir a la discusión que se viene planteando con lo siguiente:
  1. Entre las variables que le son subyacentes a la génesis y reproducción al Trabajo Social se encuentran la alienación, la contradicción y el antagonismo.
  2. Sus orígenes están marcados por el matiz que dieron sus protoformas con rasgos de humanitarismo y que el Estado protegió dentro de su lógica, para proyectarla como una profesión con “deseo de servir”.
  3. El Trabajo Social no ha tenido una identidad construida por sus agentes, sino que se le atribuyó por parte de su contratista (especialmente el Estado, quien reconoció y validó la profesión), donde se identifica la alienación.
  4. La Iglesia Católica jugó un papel de protección en los inicios de la profesión, en algunos países.
Todo ello, permite establecer la conceptualización del ejercicio del Trabajo Social que en este análisis permitió una mayor aprehensión histórica, por lo tanto: la categoría Trabajo Social es aprehendida como una profesión que se moviliza entre las mediaciones que se confrontan en la ontología del ser social y, por ende, en las políticas sociales, como espacio predominante de intervención, y que forma parte constitutiva de un proyecto económico (el capitalismo), -en su edad monopólica-, por lo que viene a ser partícipe de la racionalidad predominante en la vertiente que le da génesis (positivismo), bajo la cual actúa y orienta su intervención, debido a que es fundamentalmente una profesión interventiva en la “cuestión social”.
La captura por parte del Estado, especialmente, de las protoformas “de la” profesión, que posteriormente tecnifica, normatiza, sanciona y direccionaliza, coloca a los profesionales en condiciones de explotación y asalariamiento, e igualmente que otras personas -en especial mujeres-, participan en la producción y consumo (y reproducción) capitalista.
Las variables subyacentes en el escenario que le dio origen han sido entre otras la alienación, la contradicción y el antagonismo, incidiendo en su identidad profesional que es mediada por el mismo modo de producción que le da génesis.
Como profesional que es, se constituye en persona intelectual, y se particulariza en la historia por la ausencia de producción científica, y se apoya en el conocimiento generado desde otras disciplinas.
Su constitución histórica ha sido eminentemente femenina, en sus orígenes quienes la conformaban provenían de clases medias, y altas, y respondían al “encargo” socialmente esperado a las mujeres en el patriarcado.







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